Dos proyectos empresariales en la Costa Central se centran en la lucha contra el cambio climático, la transición energética y la economía circular, la adopción de energías renovables y realidad aumentada en el suministro de componentes de automoción o la transformación de residuos en detergentes como modelo de negocio.

Producir detergentes a partir de aceites de cocina usados.

En Vagos, en el distrito de Aveiro, está instalada la unidad productiva de EcoX, empresa con sede en Penela, Coimbra, que se centra en la producción de detergentes a partir de aceites de cocina usados.

"El aceite es un producto que causa muchos problemas medioambientales cuando no se elimina adecuadamente. Y en Portugal hay mucha gente que ni siquiera sabe que existen los aceites. Los portugueses están acostumbrados a utilizar aceite para freír patatas o hamburguesas y luego echan el aceite en el lavabo o en el inodoro o, en algunos lugares, hacen un hoyo en la tierra y lo echan. Hay mucho analfabetismo en esta parte", dijo Beatriz Bandeira, gerente de EcoX la agencia Lusa.

Consciente de esta problemática, la empresa, ubicada en las instalaciones de Mistolin, con quien mantiene una colaboración en el desarrollo de productos de limpieza doméstica y profesional -detergentes para ropa y platos, entre otros- utiliza aquellos residuos, de origen vegetal, que, una vez recogidos, y tratado por otros socios de EcoX, dan como resultado una "base muy rica, muy interesante para detergentes", ya que incorpora tensioactivos, sustancias que interactúan con el agua, las grasas y la suciedad.

Esta base de jabón, a su vez, tras meses, o incluso años, de desarrollo en laboratorio, da como resultado nuevos detergentes sostenibles, que se prueban con clientes potenciales antes de llegar al mercado.

Tenemos mucho tiempo de investigación para llegar a un producto. Tenemos que hacer pruebas de estabilidad, para ver si un producto aguanta bien en condiciones extremas de calor y frío, hacemos pruebas de envejecimiento.

El informe Lusa vislumbró algunas de estas pruebas de laboratorio, descubriendo un detergente para suelos con aroma a mango, otro detergente multiusos con aroma a higos o un lavavajillas, todavía en proceso, con lima y vainilla.

Los productos en desarrollo pasan 16 semanas, unos cuatro meses, en un invernadero a 40 grados centígrados (y en un frigorífico a cuatro grados), lo que equivale, según el directivo, a cuatro años de tiempo real.

"De vez en cuando evaluamos el color, el ph [grado de acidez y alcalinidad] y el olor. Los aromas son muy importantes, los detergentes se venden mucho por su olor", destacó Beatriz Bandeira.

EcoX fue una de las nueve empresas -entre 86 entidades, la inmensa mayoría de las cuales eran públicas- que compitieron por apoyo en el marco de la primera edición del Pacto Circular Centro, un programa de la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional Centro (CCDRC).

En declaraciones a Lusa, Isabel Damasceno, presidenta de la CCDRC, señaló que existen "necesidades e incluso fondos propios, para transformaciones desde el punto de vista energético y ambiental" en las empresas.

Si una empresa quiere realizar cambios en su proceso productivo y tener ahorros y ventajas desde el punto de vista medioambiental y energético, seguro que contará con un buen y beneficioso apoyo para esas mismas inversiones.

Por otro lado, Isabel Damasceno constató que las posibles resistencias a la inversión ambiental están cambiando, sobre todo porque el cumplimiento de normas ambientales exigentes es una condición obligatoria para poder acceder a licitaciones públicas o fondos europeos.

"Estos son cambios de comportamiento y los cambios de comportamiento no se pueden lograr de la noche a la mañana. Tiene que ser con acciones sucesivas, con conciencia, con visibilidad concreta de las ventajas (...). Las empresas e instituciones tienen que, poco a poco, y poco, adaptarse a lo que es una exigencia absolutamente indiscutible del presente y del futuro", argumentó el presidente de la CCDRC.

Fuente: Diario de Noticias